Cuando marchamos de nuestro país hacia otro debemos de ser plenamente conscientes de que las reglas y lógicas a las que estamos acostumbrados pueden variar notablemente. Y así sucede, los tiempos, la organización de actividades; absolutamente todo lo que vas a vivir, queda tocado de una u otra forma por la cultura y las tradiciones del país. Por ello, es fundamental que trabajes estas habilidades antes de llegar y mientras vives la experiencia de voluntariado internacional:
- Flexibilidad. En el país al que vayas habrá tradiciones diferentes y formas de hacer las cosas que te extrañarán. Desde la celebración de una fiesta nacional hasta el cómo se friega una casa puede variar mucho de un país a otro. Tienes derecho a sorprenderte pero debes ser flexible y entender que en el país donde vas las reglas no las pones tú. Aunque puedes sugerir nuevas formas de hacer algo, proponer alternativas, siempre debes hacerlo desde la flexibilidad y el respeto.
- Capacidad de adaptación. This is Africa, baby! Los planes cambian a cada minuto. Así que preguntar insistentemente qué vamos a hacer mañana o pasado mañana no tiene mucho sentido. Relájate y vive el momento. Aprende a flexibilizar tus actitudes cuando lo que ves no te cuadra y date tiempo para digerirlo.
- Fortaleza emocional. No se trata de ser impermeable a todo lo que veas, pero estarás en contacto con situaciones difíciles, las personas con las que vas a compartir tu estancia quizá te cuenten momentos duros a los que se han enfrentado y deberás escuchar su testimonio con respeto y dedicación, al igual que si escucharas a una persona de tu confianza. Sin embargo, algunas cosas que para estas personas pueden ser normales para ti pueden ser muy duras y debes tener la suficiente fuerza para escuchar sin romperte por dentro. No está prohibido llorar, de hecho hay quien llora y quien no lo hace y ninguna de las dos situaciones es criticable. Simplemente escucha y después date tiempo para asimilar y aprender de ello.
- Paciencia. La paciencia es considerada una de las mayores virtudes humanas y resulta útil para casi para cualquier acción en la vida. A veces no podremos darte una respuesta hasta que no llegue un día concreto o verás cosas que no tienen una explicación racional para ti. Cuando entra en juego el intercambio cultural, estarás con personas que no hablan perfectamente tu idioma, tendrán costumbres diferentes; y tendrás que darle tiempo al tiempo y saborear las diferencias con aprecio y paciencia.
- Creatividad. La mayoría de los trabajos voluntarios que vamos a realizar están destinados a la infancia y la creatividad es la mejor de las aliadas cuando se trata de estar al lado de los y las peques. Las ONG locales se muestran abiertas a recibir ideas, sugerencias, propuestas de actividades. No vengas pensando que se va a hacer solo lo que diga la coordinación, porque somos más de acordar a medias lo que más se necesita, de la mano de la ONG local y de acuerdo a vuestra experiencia y formación.
- Entusiasmo. La pasión y el entusiasmo te harán sentir una persona viva en cualquier momento y situación, pero especialmente en un voluntariado internacional o en cualquier viaje. Déjate seducir por los colores y olores de un paseo por las medinas árabes, sonríe ante la sonrisa de los niños y niñas, enamórate del corage de sus madres… En definitiva, respira lo que ves y oyes, mimetízate con el entorno para poder aprender y aportar y así exprimir la experiencia al máximo.
La organización del voluntariado no tiene el derecho de exigirte estas habilidades, pero son las más recomendables para una experiencia feliz de voluntariado internacional. Te permitirán dar el máximo y también recibir el máximo, porque aunque no te lo parezca, al final el voluntariado internacional es un gran y útil intercambio entre personas. ¡Apúntate ya y vívelo!
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