VEM, un proyecto joven pero ambicioso, me ha permitido en dos semanas tener una visión general y completa de cómo es la vida en Marruecos. Hemos podido colaborar con distintas asociaciones y ver las necesidades de distintos grupos vulnerables. Además, el voluntariado se ha combinado con una inmersión cultural que siempre es importante para entender las costumbres y la forma de vida de un país. Desde clase de árabe y charlas sobre el papel de la mujer hasta sesiones informativas sobre cooperación. Se trata de una experiencia muy interesante donde hemos podido conocer a gente maravillosa. Me llevo un buen recuerdo del resto de voluntarios con los que hemos vivido esta aventura, y con las personas que formaban parte de las distintas asociaciones que siempre nos han recibido con los brazos abiertos y una sonrisa.

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