Aquellos que deciden aventurarse a conocer Marruecos, reconocen haberse sorprendido gratamente por todo lo que un solo país puede ofrecer. Y es que, a pesar de la proximidad geográfica que existe entre Marruecos y España, y de encontrarse en diferentes continentes, es asombroso cómo una serie de prejuicios y estereotipos preestablecidos socialmente nos pueden cegar a la realidad.
Viajar, realizar un voluntariado internacional, desarrollarse en entornos multiculturales… nos proporcionan, por tanto, una amplitud de mira al conjunto global, aportándonos un valor diferencial más inclusivo e integrador, aplicable a todos los ámbitos de nuestra vida.
Si quieres descubrir un destino donde conectar con la esencia de la cotidianidad, con lo real, lo auténtico, ¡Marruecos es tu destino!.
A continuación, te ofrecemos una descripción detallada de los principales motivos que te llevarán a enamorarte de Marruecos.
Cuando pensamos en Marruecos, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es “desierto” y todo lo que ello conlleva: arena, sol, camellos, turbantes… No quiere decir que esta proyección mental no vayamos a encontrarla en ningún rincón del país, pero reducir una superficie de 447.000 km² a eso es, cuanto menos, irreal. Y es que, más allá de la proximidad geográfica existente entre España y Marruecos que mencionábamos anteriormente (tan solo con tomarte un té de menta en el Café Haffa podrás comprobar la veracidad de esta afirmación), existen similitudes a nivel cultural, gastronómico, en cuanto a diversidad paisajística… Todo ello fruto de una historia común, que queda reflejado en ambos territorios. ¿O es que todavía no conoces la Mezquita de Córdoba, sin ir más lejos?
Al igual que ocurre en España, en Marruecos encontramos una diversidad paisajística digna de mención, que abarca desde áridos terrenos, a nevadas montañas, pasando por playas paradisíacas, así como verdes y frondosos montes ¿Te lo imaginabas? Pero esto no acaba aquí, Marruecos, país de laberínticas medinas, grandes zocos, tradicional artesanía… También destaca por ser un destino donde encontrar variedad artística: en sus calles, como puedes comprobar visitando Assilah o Chefchaouen, en sus talleres artesanales, donde encontrarás desde cosmética natural hasta las famosas curtidurías tradicionales, pasando por la variedad musical que resuena en cafés culturales, aunque si hemos de mencionar un sonido que nos transporte a Marruecos, habría que debatirlo entre el sonido de los dados en un cubilete del parchís, y el Adhan, es decir, la llamada a la oración, que podrás escuchar desde sus mezquitas cinco veces al día. Te aseguro que los añorarás a tu regreso a casa.
Siguiendo con la vida urbanita, puedes pasear (o perderte) por las grandes e históricas medinas de las principales ciudades marroquíes, donde podrás encontrar todo tipo de puestos: mercado alimenticio (frutas y verduras, carne, pescado…), artesanía (curtidurías, cerámica, telares…), pequeños puestos de productos de segunda mano donde podrás encontrar auténticos tesoros, joyería, ropa, tiendas de souvenirs… En resumen, en la medina podrás encontrar cualquier tipo de tienda que te puedas imaginar, mientras observas a la población local hacer vida cotidiana.
Ahora bien, para seguir saboreando la esencia de Marruecos, tan solo debes acercarte a cualquier restaurante tradicional marroquí y deleitar tu paladar con un delicioso tajine o un espectacular cous cous acompañado de leche agria, sin olvidarte de degustar la inmensa variedad de dulces que podrás encontrar en una cafetería (o en cualquier rincón, ¡qué golosos!). Aquí no cabe duda, y es que el principal sabor que te transportará de regreso a Marruecos cuando estés en España, será el de su famoso té de menta ¡espectacular!
Vamos, que la imagen mental que tenías de Marruecos ni se acerca a la que te estoy describiendo ¿o me equivoco? Un país cercano pero situado en otro continente, accesible a todos los bolsillos, donde se respira diversidad en todos sus ámbitos (cultural, artístico, paisajístico, climatológico, artesanal…), con una gastronomía exquisita, donde puedes desde perderte por las callejuelas de sus medinas, hasta jugar a un parchís mientras saboreas la menta de su tradicional té, no presenta más que ventajas para acercarnos a descubrirlo por nosotros mismos.
¿A qué estás esperando? ¡Haz las maletas y prepárate para realizar una inmersión cultural que te lleve a vivenciar con tus cinco sentidos todo el potencial que ofrece nuestro país vecino: Marruecos!
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